Alimentación Consciente

Verdades sobre los aditivos y grasas hidrogenadas

Que un alimento sea «Natural» significa que el aceite o la materia grasa refinada no ha sido objeto de ninguna transformación. El aceite o materia grasa «hidrogenados» significa que han sido objeto de una hidrogenación, es decir, una transformación encaminada a conferir una determinada textura al producto terminado. Para obtener la consistencia que permite untar la margarina, es necesario proceder a esta hidrogenación, que provoca una saturación de los ácidos grasos.

¿Tiene algún beneficio la comida elaborada?
Gracias al procesado de alimentos disponemos de muchos productos que, de no ser por esta técnica, no podríamos consumir. Sin lugar a dudas, sin este método, no tendríamos a nuestra disposición la gran variedad de productos alimentarios que encontramos en el supermercado y las tiendas. El procesado de alimentos nos permite adquirir alimentos de temporada durante todo el año. Algunos ejemplos son las frutas, las verduras y los productos cárnicos congelados y enlatados. El procesado alarga la duración de los alimentos durante su almacenamiento. El pescado en conserva y la leche U.H.T. constituyen dos ejemplos de alimentos procesados nutritivos y de fácil adquisición. Esta técnica también mejora la seguridad de los alimentos mediante diversos métodos. Así, los tratamientos a temperaturas elevadas destruyen las bacterias nocivas; algunos aditivos impiden que las grasas entren en descomposición (se vuelvan rancias) o que se desarrollen hongos y bacterias dañinas; y el envasado ayuda a prevenir la manipulación indebida de los alimentos. Otra gran ventaja de los alimentos procesados es su comodidad. Imagínese que no existiesen los congelados o las verduras en conserva que tan prácticas resultan para preparar la cena fácil y rápida del domingo.

¿Son realmente necesarios los aditivos en la comida elaborada?
Los aditivos alimentarios cumplen una función importante al preservar la frescura, seguridad, sabor, aspecto y textura de los alimentos procesados. Estas sustancias se agregan con fines específicos, ya sea para garantizar la seguridad del alimento o mantener su calidad durante el almacenamiento. Por ejemplo, los antioxidantes impiden que las grasas y los aceites se vuelvan rancios mientras que los conservantes evitan o reducen el desarrollo de microbios (como el moho del pan), y los espesantes permiten que las preparaciones a base de frutas adquieran consistencia “gelatinosa” para que se puedan untar en el pan tostado.

Los colorantes se utilizan para aumentar el atractivo de los alimentos. Si bien estas sustancias no aumentan la seguridad ni mejoran la textura, permiten ofrecer a los consumidores una selección de productos que les resulte más atractiva o agregue placer a la dieta gracias a su color. Los aditivos pueden añadir propiedades organolépticas específicas a los alimentos (como sabor y textura) para responder a los hábitos culturales y las expectativas de los consumidores.

Todos los aditivos deben ser aprobados por las autoridades competentes, que establecen límites estrictos en cuanto a la cantidad y el tipo de sustancias que puede emplearse. Todos los aditivos deben figurar en la lista de ingredientes del envase de forma que los consumidores puedan elegir libremente.

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