Arte con reciclado
La sociedad actual genera una cantidad ingente de residuos. Como consecuencia, el reciclaje se ha convertido en una acción imprescindible para proteger el medio ambiente. Dentro de este ámbito han surgido dos vertientes, el infrareciclaje y el suprareciclaje. En la primera se ralentiza el ciclo destructivo y los objetos resultantes pierden calidad durante el proceso, mientras que en la segunda adquieren valor gracias a la intervención de la creatividad.
Al igual que cualquiera de nosotros, nuestros residuos también tienen derecho a una segunda oportunidad y de la mano del mencionado suprareciclaje ha surgido un movimiento artístico conocido como arte reciclado —upcycled art o upcycling art en inglés— que inspira a numerosos creadores en la actualidad a lo largo del mundo con un mensaje crítico con el consumo excesivo y la contaminación medioambiental. Este tipo de arte busca transformar residuos como el papel, el cartón, la madera, el cristal, los plásticos, los metales o el caucho en obras de arte. El concepto, por tanto, va más allá del reciclaje convencional de materiales al crearse objetos que superan el valor económico, cultural y social del producto original.
En un sentido estricto, este tipo de expresión artística no es nueva. De hecho, podemos asimilarla a movimientos de otras épocas. Por ejemplo, a los collages realizados por Pablo Picasso o George Braque con restos de periódicos o revistas a principios del siglo XX o, incluso, a obras pertenecientes a corrientes como el Pop Art, el Trash Art o el Drap Art. Pero el concepto en sí nace en 2002 cuando William McDonough y Michael Braungart otorgan una definición al upcycling en su libro De la cuna a la cuna. Rediseñando la forma en que hacemos las cosas.
LAS VENTAJAS DE TRANSFORMAR RESIDUOS EN ARTE
Una de las principales características de este estilo es que no se ciñe a ninguna disciplina, si no que se ve representado en todas ellas. Podemos encontrar arte reciclado en un cuadro, en una escultura, en la alta costura o en el mobiliario de una casa. Además, en este caso los valores medioambientales, en cuanto a reciclaje y reutilización del material, tienen tanto valor como la propia obra en sí.
Entre los beneficios para el medio ambiente del arte reciclado destacan, por ejemplo, su contribución al aprovechamiento y la extensión de la vida útil de los materiales y, como consecuencia de esto, a la disminución del número de residuos. Se necesita una gran dosis de creatividad y cierta técnica para trabajar con estos materiales. Pero no solo eso, los artistas que crean este tipo de obras también deben hacerse una serie preguntas antes de afrontar el reto: ¿el consumo energético para crear la obra será excesivo?, ¿los materiales a utilizar son realmente residuos?, ¿qué porcentaje de mi obra estará compuesta por residuos?, ¿la obra aportará un beneficio ambiental?
El consumidor de este tipo de arte no solo encuentra las obras atractivas por su valor artístico, sino que además cuenta con el aliciente de estar contribuyendo al bienestar del planeta al darle una segunda vida a un material que de otra forma no la tendría. Este movimiento también es una herramienta educativa muy interesante para concienciar a la sociedad, sobre todo a los más pequeños, sobre las consecuencias de nuestros actos en el entorno y la importancia de reciclar.
Fuente: Iberdrola