Edificio futurista que revolucionaría la producción de energía eólica
Las ciudades del futuro podrían tener edificios tan increíbles como éste. No solo por su asombroso aspecto sino, sobre todo, porque el Dutch Windwheel es un ambicioso proyecto arquitectónico que afronta retos de sostenibilidad, superpoblación y producción energética que, sin duda, forman parte de los principales desafíos de las urbes del mañana.
El edificio se levantará en Róterdam, la mayor ciudad portuaria de Europa, con el fin de recuperar el área circundante, una zona costera marginal degradada por la contaminación apostando por un edificio eco-amigable extraordinario.
Más allá de sus características, el epatante edificio tiene vocación de futuro, pues se ha diseñado como símbolo del compromiso de futuro de la ciudad y del país de los tulipanes y las bicicletas con la ecología y la sostenibilidad.
Curiosamente, uno de los objetivos de esta maravilla que se levantará en el puerto de Róterdam, diseñada por el consorcio holandés Windwheel Corporation, DoepelStrijkers y Meysters no es otra que crear una versión moderna de los molinos de viento tradicionales, generadores de energía limpia.
Vivir en una gigantesca noria
Este insólito anillo gigante de 174 metros de altura se construirá en acero y vidrio y albergará más de un centenar de apartamentos, al tiempo que integrará una turbina de viento, un hotel, restaurantes y zonas de ocio locales comerciales.
No es fácil imaginar cómo será vivir en un edificio rodeado de humedales, que transmite una inefable sensación de ingravidez y, al tiempo, es una tremenda estructura circular de acero y cristal con un corazón de aire.
Los 40 apartamentos del anillo exterior son una especie de cabinas rotatorias que, gracias a sus ventanales, ofrecen impresionantes vistas de Rotterdam, y por otro lado 72 apartamentos estarán ubicados en el anillo interior.
Las vistas serán increíbles desde dentro del edificio, pero sobre todo desde afuera. Y es que los dos anillos entierran sus bases, con lo que parece que están flotando. ¿El resultado? Una gigantesca noria giratoria que, gracias a esos 40 apartamentos giratorios que, a modo de cabinas, nos recuerdan las cabinas de cristal del London Eye. Por la noche, la ilumianción y su reflejo sobre las aguas creará una preciosa estampa.
Energías limpias, agua de lluvia y reciclaje
El aspecto futurista del edificio tiene un por qué. No se trata de impactar porque sí. Lo importante es buscarle un sentido a la arquitectura. En este caso, su forma de gigantesco anillo está estrechamente relacionado con sus ventajas verdes a la hora de producir energía, recoger agua de lluvia y reciclar residuos.
En concreto, el Dutch Windwheel alberga una colosal turbina de viento en su anillo interior para alimentar las necesidades eléctricas del edificio con energía eólica electrostática. O, lo que es lo mismo, será una turbina de viento inmóvil, que no emitirá ruidos, por lo que también evita la contaminación acústica, por otro lado un aspecto esencial si se busca un mínimo de habitabilidad.
El sistema eólico, por lo tanto, carecerá de las tradicionales aspas, pues la energía se producirá mediante el sistema Eelectric wind-energy convertor, en el que se liberan en un campo eléctrico minúsculas gotas de agua con carga positiva. El viento las transporta hacia la parte con carga positiva del dispositivo, provocando un cambio de polaridad y, finalmente, generando electricidad.
Se trata de una tecnología desarrollada por investigadores de la Universidad de Delft, y su implementación a tan gran escala será una prueba de fuego que sus creadores esperan superar.
Si la cosecha de viento servirá para alimentar de electricidad al complejo, los paneles solares que recubren la turbina añadirán un plus energético y, pensando en todo, los días lluviosos se recicla el agua procedente de la lluvia. Por último, también se reciclará el agua del grifo y los residuos orgánicos, a partir de los que se producirá biogás.
Fuente: Futuro Sustentable