Ecología

El calor “desaparecido” del calentamiento global se esconde en el Atlántico

Uno de los argumentos más utilizados por los negacionistas del calentamiento global se tambalea. Los negacionistas del cambio climático, muchos de los cuales sostienen que el calentamiento global se detuvo en 1998, se quedan sin munición. El efecto invernadero debido al aumento del CO2 en la atmósfera y el calentamiento del planeta durante la segunda mitad del siglo XX son una realidad científicamente incontestable. Aquel año fue el más caluroso de la historia, culminando una subida media de un grado desde alrededor de 1850, cuando el ser humano comenzó a emitir masivamente gases de efecto invernadero con la Revolución Industrial. Pero, en los últimos 15 años, el aumento de la temperatura atmosférica se ha ralentizado. En lugar de continuar subiendo a buen ritmo, la gráfica de la temperatura del planeta parece aplanarse, como cuando un niño sube corriendo por un tobogán y luego camina por su cima.
Los científicos llevan una década en busca de este calor desaparecido, que debería estar en alguna parte, porque las emisiones de CO2 a la atmósfera no han dejado de batir récords año tras año. Y si hay más CO2, un gas que retiene la energía emitida por la Tierra tras recibir la luz del Sol, la temperatura atmosférica debería dispararse. Pero el hecho es que se mantiene relativamente estable desde 1998.
La comunidad científica ha intentado explicar este fenómeno con más de una docena de teorías diferentes, como los cambios en la actividad del Sol, el aumento de la contaminación procedente de China e incluso las erupciones volcánicas. Mientras, los negacionistas han esgrimido esta supuesta “pausa” en el calentamiento global del planeta para negar su relación con la actividad humana. Como ejemplo, una célebre columna publicada en el diario británico The Telegraph por un geólogo escéptico: “Hay un problema con el calentamiento global… que se detuvo en 1998”.
Una “cinta transportadora” bajo el mar
Ahora, dos científicos de EEUU y China creen haber resuelto el enigma del calor desaparecido. Lo han encontrado en el fondo del océano Atlántico. “El calentamiento global no se ha detenido y podemos ver que toda la columna del océano se está calentando de manera ininterrumpida”, explica Ka-Kit Tung, profesor de la Universidad de Washington.

«Hemos encontrado el calor perdido»
Durante los últimos 14 años, explican los investigadores, el agua por debajo de 300 metros en el océano Atlántico ha almacenado más energía que la del resto de los océanos del mundo combinados.
Según sus datos, el calor que debería estar en la atmósfera pulverizando los récords de temperatura ha viajado de manera masiva desde las aguas superficiales hasta las profundidades de los océanos Atlántico y Antártico. Detrás de este fenómeno se encontraría la llamada “cinta transportadora oceánica”, una corriente que lleva agua salada, y por lo tanto más pesada, desde los trópicos hasta el Atlántico Norte, donde se hunde junto al calor que almacena. Esta circulación se habría acelerado en los últimos años hasta comenzar a ralentizarse de nuevo en 2006.
“Cuando cambie el ciclo oceánico, habrá otro periodo de rápido calentamiento global, como el que tuvimos en las últimas tres décadas del siglo XX”, vaticina Ka-Kit Tung. Su opinión está en línea con la del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), el organismo compuesto por unos 2.000 científicos que vigilan el calentamiento global del planeta. “La tasa de aumento de la temperatura atmosférica ha sido un poco más lenta en los últimos 15 años, comparada con las décadas de 1980 y 1990, cuando el incremento era realmente rápido. Pero el calentamiento ha continuado. Lo que hemos visto en los últimos años es que el calentamiento se ha concentrado más en los océanos que en la atmósfera”, explicaba en junio a Materia el ecólogo estadounidense Chris Field, copresidente de uno de los tres grupos de trabajo del IPCC.
Sin prisa pero sin pausa
La cuestión de esta ralentización ha sido objeto de polémica, pues los escépticos lo han utilizado para negar la existencia del calentamiento global. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), en su quinto Informe de Evaluación, afirmaba que el calentamiento se ralentiza, pero es «inequívoco» y desde 1950 ha sufrido «cambios que no tienen precedente a lo largo de décadas y milenios».
En este sentido, el IPCC concluye que las últimas tres décadas han sido más calurosas que cualquier otra anterior desde 1850, y aunque reconoce que el ritmo de la subida de la temperatura en superficie se ha reducido en los últimos quince años (1998-2012) con respecto a la media de 1951-2012 (con un aumento de 0,05ºC por década frente a 0,12ºC), explica que esto se ha debido a la atenuación del sol por las erupciones volcánicas y a una redistribución del calor en los océanos. Por lo que concluyen que la evolución en periodos cortos no refleja la tendencia a largo plazo. Y esta tendencia no es otra que el calentamiento, con un aumento de la temperatura de 0,85ºC desde la época preindustrial.
Por: Manuel Ansede

Diario de Ecología

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