Ecología

En Brasil abren el primer refugio de elefantes de América Latina

En Brasil se creó el primer santuario para elefantes de América Latina, con mil 100 hectáreas en el Mato Grosso. Por el momento hay dos elefantes en el lugar, pero se espera que lleguen varias decenas más.

Maia y Guida son los primeros elefantes que llegaron a este santuario, donde no tendrán gente que las vaya a ver, nadie que los controle ni les hagan realizar ciertas actividades. Recibirán la atención de un veterinario y podrán disfrutar de la región boscosa, de colinas con pastizales, peñascos, arroyos y manantiales.

Según Scott Blais, un estadounidense que ya colaboró en una iniciativa similar en Tennessee en 1995 y que ayudó a recaudar fondos para esta empresa, “las sociedades de todo el  mundo se están empezando a dar cuenta de los traumas que se les han causado a estos animales en cautivero”. “Hay que aportar soluciones, no basta con decir que necesitan una vida mejor”, sentenció.

Blais y su esposa eligieron la nación más grande y poblada de América Latina por varias  razones: la cantidad de tierra disponible, la presencia de gente que piensa como ellos y la urgente necesidad de encontrar un sitio para numerosos elefantes que están en Brasil, Argentina y Chile.

Empleados del santuario dicen que hay más de 50 elefantes en condiciones similares en América del Sur, que en la última etapa de su vida necesitan un hogar porque los zoológicos cierran  o se prohíbe el uso de animales en los circos.

Igual que ocurre en otros santuarios, se instalarán cámaras que permitirán a científicos y curiosos observar a los animales sin importunarlos.

De acuerdo con la presidenta del Santuario de Elefantes de Brasil, Junia Machado, “hoy por hoy es absurdo tener elefantes en cautiverio”. “Las cámaras hacen que sea más fácil recabar información sobre ellos. Esperamos que este proyecto inspire otros santuarios”.

Encontrar qué hacer con los elefantes ancianos es cada día más difícil porque sus hábitats naturales tienden a desaparecer. En Asia la principal amenaza es que cada vez hay menos tierras donde puedan sobrevivir. En África, los animales son cazados ilegalmente por sus colmillos de marfil. Un estudio comprobó que la población de elefantes en ese continente había bajado un 30% entre el 2007 y el 2014.

Expertos dicen que los elefantes no sobrevivirían si son soltados en la tierra de donde vinieron tras vivir toda su vida en cautiverio. El problema de qué hacer con estos animales se está resolviendo mediante la creación de santuarios en Estados Unidos, Tailandia, Malasia y, ahora, Brasil.

Blais dijo que “Sissy”, un elefante llevado al santuario de Tennessee en el 2000, había sido considerado un asesino después de que un empleado apareciese muerto con las costillas aplastadas en 1997. Se le diagnosticó autismo y tendencias antisociales, y parecía tan traumatizada que se pensó que no duraría mucho. Sin embargo, han pasado 16 años y ella sigue viviendo feliz en el santuario.

“Vimos que todo eso que se decía de ella no tenía nada que ver con la realidad”, expresó Blais. “Resultó ser uno de los seres más sensibles y complejos que he conocido”.