Alimentación Consciente

Los ecocomedores ganan terreno en Galicia

Los productos frescos y cultivados son cada vez más comunes en los menús escolares de Galicia. Una alianza entre ocho productores de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo, y los responsables de una docena de centros educativos de la zona y de A Coruña están buscando llevar adelante esta iniciativa para la promoción de la alimentación saludable.

Con el apoyo de la reserva de la biosfera y de la administración autonómica, este proyecto de ecocomedores escolares llega ya a unos 2.000 estudiantes de la capital de la provincia, pero también de Abegondo, Carral, Cesuras u Oleiros, entre otros. En estos centros se encuentran puntualmente las frutas y verduras cultivadas por productores de la Asociación de Labregos Ecolóxicos de Galicia para elaborar menús como este, de la Escuela Infantil Municipal A Caracola, una de las participantes en esta iniciativa.

“Acelgas, brécol, calabaza, cebollas, coliflor, espinaca, lechuga, lombarda (…) Verduras de temporada, ecológicas y de proximidad, que consumen mensualmente nuestros niños en purés, arroces, salteados, hamburguesas, caldo, potajes,… sin esconderlas y presentándolas con frecuencia para que las conozcan, saboreen y disfruten”, explican desde el centro, uno de los defensores de este giro en la alimentación en los comedores escolares.

El éxito del modelo no ha sido cuestión de un día. “Al principio estábamos muy solos. Falta formación de profesorado y de las familias, y no es un tema de dinero”, asegura la directora de la escuela A Caracola, Beatriz Ferreira. La transición a una alimentación escolar saludable y que promueva el consumo de productos de proximidad y, por ende, de temporada, no debería toparse con frenos de tipo económico porque, como explica Ferreira, esta apuesta se traduciría en unos cincuenta céntimos más por plato. “No encarece mucho el coste si se compensan las compras y se trabaja también la proteína vegetal, como garbanzos o legumbres, y no solo la animal”, asegura.

Sea como sea, el cambio para los pequeños es sensible. “Los niños comen platos cocinados hace dos meses, no sé dónde, que vienen fríos en un plástico”, ilustra la responsable de la escuela, la diferencia entre los centros educativos que encargan sus menús a servicios de catering y aquellos -los menos- que todavía cuentan con cocina propia y que, además, manejan en ellas productos frescos, locales y ecológicos.

Evitar los colegios sin cocina es otra batalla que se plantean librar en esta zona de España –“aquí tenemos una lucha pendiente”, aseguran desde A Caracola-, donde se espera que más escuelas se sumen a esta iniciativa por el consumo de alimentos ecológicos de proximidad. Con ellos, no solo se sabe qué se come, sino que se apuesta por un modelo de distribución de alimentos que reduce el impacto ambiental. A lo anterior, se suma entre las ventajas de esta apuesta su impulso al desarrollo socioeconómico de un área poblada por unas 500.000 personas, que cuenta con alrededor de una veintena de productores ecológicos.

“Hay una clara deficiencia y hay demanda”, considera el gerente de la reserva de la biosfera, Jorge Blanco, quien aboga también por aumentar el número de comedores escolares y de productores implicados en el proyecto. En paralelo, Blanco apuesta por poner en marcha actividades de formación y actuaciones complementarias como visitas o charlas que ayuden a que los ecocomedores sigan extendiéndose.

 

Fuente: Eco Inventos