Cómo compartir una Eco -Navidad
Para hacer grandes regalos no hay que caer en un consumismo irresponsable, sino exactamente lo contrario.
Venimos hablando mucho sobre la idea de tener unas fiestas más sustentables. Sobre todo, con la idea de consumir de manera responsable, y sin dejarse llevar por la vorágine de las compras.
En este contexto, los regalos son una de las mayores fuentes de estrés. Hay que pensar en muchas personas, y parece imposible contentar a todo el mundo y ser sustentable al mismo tiempo.
Sin embargo, no es tan difícil. Si tienes en cuenta algunos detalles e ideas para elegir los regalos de la mejor manera, notarás que puedes pasar unas fiestas sin consumo excesivo en las que todos estén contentos.
-Este cúmulo de sensaciones, ¿llega en medio de un balance entre lo hecho y lo pendiente?
-Los balances en esta época son complicados porque nos dejamos guiar por una mentalidad muy resultadista y esto puede alterar nuestra percepción. A esto se suma un fenómeno que tiene que ver con el tiempo, ya que existe una especie de carrera contrareloj hasta el 31 de diciembre cuando en realidad, poco podemos modificar el 1 de enero. Lo recomendable o lo que al menos sugiero, es situarse en un lugar de agradecimiento para poder ver los logros y los objetivos a cumplir y para predisponernos a compartir o acompañar a las personas que nos rodean.
-¿Cuál es el común denominador entre quienes consultan?
-En mi experiencia, creo que esto de buscar el resultado todo el tiempo. La mayoría de las personas se basa en los últimos eventos vividos y a partir de ellos ve de manera positiva o negativa el aquí y ahora y el lugar donde está parada como para permanecer o buscar otro camino. Lo sustancial es enfocarnos en las pequeñas cosas y agradecer por ello. Hay que ver la totalidad y no cada cosa en particular. Tener un plato de comida todos los días en nuestra mesa, un techo, contar con trabajo o estar en la búsqueda y mantener un buen estado de salud o estar en un proceso de sanación, deben ser causa suficiente para centrarnos y equilibrar el peso en esta especie de autoevaluación.
-¿Qué tipo de herramientas despliega la terapia humanista?
-Esto depende de cada paciente. En esta época se reedita mucho el tema de los duelos no resueltos. Cuando un familiar ya no está, todo ese dolor se manifiesta de manera muy presente a la hora de una nueva celebración. La cena navideña y el espacio físico que dejó quien ha fallecido se hace evidente y esto a veces es muy difícil de sobrellevar. Cada uno opta por atravesarlo a su modo. Algunos, por ejemplo, suelen poner una silla vacía en ese lugar y otros optan por cambiar de tradición si la familia acostumbraba a reunirse. Muchos prefieren atravesar el proceso solos y hay que respetarlos. En relación a las expectativas y a los fines de ciclo, muchas personas realizan distintas experiencias como anotar en un papel sus deseos para 2020 y prenderlo fuego cuando llegan las 12. Es un simbolismo que para ellos representa algo. No hay técnicas específicas sino más bien un acompañamiento al paciente en el camino que decida tomar.
-La cuestión económica en un año difícil, ¿puede potenciar un estado de angustia?
-Por supuesto, ya que hay mucha gente que ni siquiera puede realizar una consulta con un profesional precisamente por no tener dinero. Si una persona perdió su trabajo en este último período y al llegar esta época no puede hacer frente a los compromisos en general o no dispone de medios para comprar un regalo para sus hijos, va a potenciar ese estado de angustia o agravar otro tipo de cuadros. Es importante mantener una actitud abierta para poder contarle a un amigo o un familiar que se está atravesando por una situación económica complicada si fuera el caso. Siempre hay una red que puede contener.
Vacaciones y reencuentro
Tiempo sin reloj, descanso sin despertador, comida en calma, paseos sin prisas y momentos distendidos. El reencuentro familiar durante el receso estival promueve un reacomodamiento de los integrantes del clan y una nueva oportunidad para ahondar en la relación entre las partes.
Haz regalos significativos. La verdad es que un regalo despersonalizado no tiene mucho sentido. Después de todo, lo más lindo que tiene un regalo es pensar que alguien se preocupó por elegirlo, y pensó en nosotros.
Muchas veces en la cantidad de regalos que hay que comprar, no nos preocupamos por hacer regalos significativos. Pero la verdad es que si invertimos un poco más de tiempo, podemos quedar bien y encima, ahorrar dinero.
Los regalos artesanales, de acuerdo a los gustos de la persona, son una buena idea.
Otra opción muy ecológica es regalar experiencias. ¿Qué tal si en vez de un bolso, regalas la entrada a una obra de teatro? Está comprobado que las experiencias dan más felicidad que los objetos materiales y se recuerdan por más tiempo. Y como si fuera poco… ¡No generan basura!
Presupuesta. La idea de que un regalo es mejor cuanto más dinero se invierte en él es un mito para hacernos gastar. En realidad, como dijimos en el punto anterior, lo único importante es que el regalo sea significativo para quien lo recibe, y nada más.
Emprendedores. Comprar regalos a emprendedores locales tiene numerosas ventajas, y por eso, es una excelente idea para esta navidad.
Lo primero es que, hablando de regalos más personales, muchas de las mejores opciones para ello son los regalos de emprendedores. Suelen tener diseños más exclusivos y le ponen verdadero corazón a lo que hacen.
Finalmente, eligiendo un emprendedor local también haces un regalo sustentable, ya que puedes ir a buscarlo tú mismo al propio lugar en el que fue hecho. Por lo tanto, beneficias que haya menos contaminación a causa de combustible.
No es mala idea después de todo, ¿no?
Fuente: Bioguía