Hoteles sin ruido en España
El Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y el Centro Tecnológico de Acústica (Audiotec) firmaron un acuerdo para colaborar en el trabajo de otorgar la Certificación de Calidad Acústica (AQH, por sus siglas en ingles).
Ana Espinel, directora del Centro Tecnológico de Acústica, explicó que “la demanda por estos espacios libres de ruido queda manifiesta por la gran cantidad de quejas que reciben los hoteles”, puesto que los clientes de calidad “busca una comodidad e intimidad exenta de sonidos”.
Son cerca de unos 20.000 hoteles, según el registro del Instituto Tecnológico Hotelero, los que se han dado a conocer, y es que cualquier establecimiento que ofrezca venta o alquiler de habitaciones podrá optar por la distinción.
Espinel explicó que para recibir este reconocimiento hay que llevar a cabo un diagnóstico completo del establecimiento para realizar una serie de mediciones acústicas, en base a las particularidades del hotel. Los diagnósticos se harán en salones, habitaciones, entrada, garaje o ascensores, es decir, “en todo aquel espacio que pueda generar ruido”.
Además el estudio tomará en cuenta el entorno del establecimiento, y cómo este tiene impacto sobre el recinto, por ejemplo: “si el hotel se localiza en las inmediaciones de la M-30, se analiza cómo afecta el ruido de la vía a la fachada”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido no debe exceder los 25 a 35 decibelios, aunque “todo dependerá del entorno y siempre se intentará no sobrepasar el margen de los 25”.
La AQH será una certificación que se actualizará anualmente por lo que si el hotel no ha tenido ninguna variación, la distinción se mantendrá hasta la siguiente auditoria de seguimiento y comprobación al cabo de dos años.
“La certificación repercutirá en un beneficio económico directo para los comercios y les permitirá competir con aquellos que carezcan de ella gracias a su valor añadido”, afirmó la experta.
Además, destacó la importancia para la salud humana el no exceder con los decibelios, ya que estos pueden terminar repercutiendo sobre (en específico) la mente, el sistema nervioso y el aparato digestivo.
Fuente: Ecología Hoy