¿Qué tan saludable es el aceite que comemos?
De acuerdo con el Dr. Silvio Schraier, subdirector de la carrera de Médico especialista en Nutrición, que se dicta en la Facultad de Medicina de Fundación Barceló, la pureza del aceite y el tipo de procesamiento es lo que determina que un aceite sea más o menos saludable.
Se cree que la grasa es negativa, por el hecho de que se considera como una de las principales causas de sobrepeso y obesidad en la población. Los aceites para cocinar están compuestos por triglicéridos: unidades químicas compuestas por una unidad de glicerol y tres de ácidos grasos.
El especialista afirmó que hay grasas saludables que deben consumirse en determinada cantidad para garantizar el buen funcionamiento de todos los órganos del cuerpo. “Los aceites más saludables son los que están compuestos en gran medida por ácidos grasos monoinsaturados”.
Se recomienda una pequeña dosis diaria de aceite, porque aporta ácidos grasos esenciales.
¿Cuáles son los distintos tipos de aceites?
Los aceites vegetales son uno de los más elegidos por los argentinos para cocinar por sus propiedades. Se obtienen a partir de semillas, frutos secos, legumbres y frutas y tienen grasas insaturadas que benefician al cuerpo humano.
Aceite de Oliva: Contiene el ácido graso monoinsaturado llamado oleico. Es considerado el más saludable para ensaladas y para cocinar todo tipo de alimentos. Colabora en la buena salud de nuestro sistema circulatorio. Es aconsejable elegir el que es 100% extra virgen ya que no ha sido sometido a refinamientos y conserva al máximo todas sus propiedades.
Aceite de Girasol: Posee ácido linoleico de la serie omega 6, y contiene vitamina E que ayudan a regular nuestro organismo y a mejorar la asimilación de algunos nutrientes. Sólo se aconseja una pequeña cantidad diaria.
Aceite de Maíz: Es otra buena fuente de ácidos omega 6 muy importantes para el correcto funcionamiento del organismo y que nuestro cuerpo no genera. Los alimentos ricos en omega 6 sirven para proteger, entre otros, la salud cardiovascular, pero, si se usan en gran cantidad terminan perjudicando.
Aceite de Uva: se obtiene de la semilla (pepita) de uva. Es otro ejemplo más de ácidos grasos omega 6. En su momento, era de los más aconsejados por los nutricionistas por los beneficios para el corazón.
Margarina: Están realizadas por aceites que se someten a un proceso de hidrogenación que puede enriquecerlas en ácidos grasos trans, que pueden no ser óptimos para la salud cardiovascular. Sería preferible evitarlas o reemplazarlas por una pequeñísima cantidad de manteca.
Aceite de Soja: Resulta muy recomendable, en pequeña cantidad, para prevenir enfermedades coronarias o vasculares. Por otro lado, tiene demasiados polinsaturados, que lo convierte un aceite con mayor grado de oxidación y que genera olores en la cocción; se recomienda usarlo sólo crudo. Es importante no confundirlo con la Salsa de soja: un condimento con mucha cantidad de sodio.
Aceite de Canola: Contiene ácido oleico (monoinsaturado) como el aceite de oliva, pero a diferencia de éste, que posee sabor a aceitunas, tiene un sabor neutro. Es beneficioso para la salud reduciendo el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. Además, también es fuente de ácidos grasos omega-6, que colaboran en el crecimiento y desarrollo del cerebro humano.
Considerando que la alimentación es uno de los pilares para lograr una vida saludable, la Facultad de Medicina de Fundación Barceló brinda a la sociedad información útil para ayudar en la calidad de vida de los argentinos.