Turismo Sustentable

Turismo responsable en Misiones

La provincia de Misiones es hoy, sin lugar a dudas, uno de los destinos turísticos más importantes de la república Argentina por los diversos atractivos naturales, pero principalmente por las imponentes Cataratas del Iguazú, declarada hace dos años una de las “siete maravillas naturales del mundo”. Esta denominación despierta aún más el interés de visitantes argentinos y de todos los continentes quienes eligen Misiones para disfrutar sus días de descanso y ocio.
Misiones alberga alrededor de 80 parques y reservas naturales, más de 1000 especies de aves, 372 de anfibios, 350 variedades de peces, 197 tipos de reptiles y 270 de mamíferos. Sin embargo, la Selva Misionera se encuentra entre los bosques subtropicales más amenazados a nivel mundial.

La actividad turística responsable
La Selva Misionera es una región y nuclea una variedad de ambientes dignos de visitar, conocer y disfrutar. Sus animales, flores, insectos, árboles y cascadas, la cultura de los pueblos que la habitan y su sorprendente tierra colorada hacen del destino una maravilla en sí misma. Sin embargo, es un sitio que merece todo nuestro respeto, ya que nuestra visita puede interferir de manera irremediable en el equilibrio del ambiente.
Para convertirse en un visitante respetuoso y responsable son necesarias simples conductas que, lejos de entorpecer nuestro viaje, nos ayudará a observar, sentir y disfrutar de paisajes inolvidables. Principalmente el turismo local opta por la vista en sus propios vehículos, recorriendo las rutas misioneras desde su lugar de residencia hasta llegar, tarde o temprano, a la región de las Cataratas del Iguazú.
Se debe tener en cuenta que varias de las rutas provinciales y nacionales, en especial los últimos 50 kilómetros de la Ruta Nacional N°12 antes de llegar a Puerto Iguazú, atraviesan parques provinciales y nacionales.
Dentro de las áreas naturales protegidas se deben respetar los límites de velocidades máximas, que varía entre 80 y 60 KM/h, evitando de esta manera el riesgo de atropellar a animales silvestres que, además de afectar a la fauna local, pueden poner en riesgo nuestras vidas.
Actualmente son varias las instituciones gubernamentales y ONG’s que trabajan para mitigar el impacto de ésta problemática en el norte de Misiones, que en los últimos años está afectando seriamente a los animales autóctonos más representativos de la Selva Misionera como el yaguareté.
Al visitar y recorrer los atractivos naturales que ofrece la provincia de Misiones, muchos de ellos dentro de reservas estatales o privadas, como son las Cataratas del Iguazú, los Saltos Moconá, el Salto Encantado, la Gruta India, entre muchos otros, es recomendable respetar los senderos y las indicaciones de cada una.
Muchas veces nos vemos tentados a improvisar senderos e ingresamos a sitios no permitidos exponiéndonos a riesgos, ya que en la Selva Misionera conviven animales que, de sentirse invadidos o amenazados, pueden ser muy peligrosos.
En la ciudad de Puerto Iguazú, que ofrece una amplia oferta de hoteles, podremos encontrar emprendimientos que participan activamente del Check-out para la Naturaleza, un programa de la Fundación Vida Silvestre Argentina que apunta a generar financiamiento para proyectos de conservación de la naturaleza a través de la actividad turística. Los hoteles adheridos le ofrecerán, al momento de hacer su check out, la posibilidad de donar $10, monto que es entregado a la ONG y como recibo de donación el viajero recibe una postal o un señalador con fotografías de la región.
Otro aspecto fundamental que hacen al visitante responsable y respetuoso con el entorno y los recursos naturales, es el manejo de los residuos personales. Muchas veces sin darnos cuenta arrojamos al suelo la basura que generamos, ensuciando y contaminando el paisaje que estamos visitando. Pasos más, pasos menos siempre encontraremos un basurero para depositar nuestros residuos, haciendo que el impacto ambiental de nuestra vista sea el más bajo posible.
Siempre, cuando visitamos reservas o parques naturales generamos, voluntaria o involuntariamente, un impacto. Desde el momento en que emprendemos nuestro viaje hasta cuando recorremos los diversos senderos y pasarelas producimos, en mayor o menor medida, un impacto sobre el ambiente, daño muchas veces imperceptible que el turista responsable y respetuoso debe intentar minimizar.

cata

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