Ecología

Un sorbete convierte el agua contaminada en potable

La compañía Vestergaard Frandsen desarrolló un sistema para purificar el agua llamado LifeStraw, un producto sobre todo destinado a los países de desarrollo y a poblaciones afectadas por catástrofes naturales (terremotos e inundaciones).

Lifestraw es un tubo de plástico (22 cm de longitud x 3 cm de diámetro) que se usa como una pajita. Un sistema de filtración del agua que es capaz de eliminar protozoos y bacterias. El mecanismo filtrante es exclusivamente físico, y se basa en un filtro de fibra hueca a través del cual sólo pueden pasar partículas con un diámetro inferior a 0,02 micras.

Las bacterias y los parásitos son más grandes que los poros del filtro. El agua puede pasar, pero los contaminantes mayores de 0,02 micras permanecen atrapados.

Un solo dispositivo puede filtrar un máximo de 4000 litros de agua (suficiente para el consumo de una persona durante tres años), eliminando el 99,9999% de las bacterias presentes y el 99,9% de los parásitos (incluyendo Giardia y Cryptosporidium), las últimas versiones son capaces de eliminar compuestos químicos y metales disueltos. Incorporan un proceso de filtración de dos etapas, además de la membrana de fibra hueca, tienen una cápsula de carbono que absorbe productos químicos como cloro y pesticidas.

Los filtros de carbono más avanzados como el LifeStraw Flex también reducen los metales pesados como el plomo.

LifeStraw Family es un producto más autónomo parecido a LifeStraw que puede filtrar hasta 18.000 litros de agua (suficiente para satisfacer las necesidades de una familia de 5 miembros durante tres años).

Por cada producto LifeStraw que se vende, un niño en edad escolar que lo necesite, recibe agua potable durante todo un curso escolar.

Su programa Give Back ya está proporcionando agua potable a más de 1.000.000 de escolares en todo el mundo.

 

Fuente: Eco Inventos